Fundación Aprende con Ciencia: aprender desde la curiosidad para cuidar el entorno

La Fundación Aprende con Ciencia transforma la curiosidad en una herramienta para aprender, crear y proteger el medioambiente. Desde talleres y laboratorios hasta festivales y materiales didácticos, su equipo interdisciplinario —compuesto por educadores, científicos y artistas— busca acercar la ciencia a la comunidad desde la emoción, la creatividad y la colaboración.

Conversamos con Camila Figueroa, presidenta de la Fundación Aprende con Ciencia, que es parte del Comité Gestor de Patrimonio de Valparaíso Creativo, sobre la labor educativa y creativa que impulsa la organización desde la Región de Valparaíso.

¿Cómo nace la Fundación Aprende con Ciencia y cuál fue la motivación que los llevó a crearla?

Aprende con Ciencia nació de un grupo de amigos universitarios con el deseo de transformar la curiosidad en una herramienta para aprender y cuidar nuestro entorno. Antes de constituirse formalmente en 2017, ya realizábamos talleres de educación ambiental y arte científico en escuelas y comunidades. Poco a poco entendimos que queríamos algo más grande: una organización que uniera a educadores, científicos y artistas en torno a una misma misión.
Hoy somos un equipo interdisciplinario que combina formación en biología, educación, arte y comunicación, con la convicción de que aprender puede ser una experiencia viva, cercana y transformadora.

Su propuesta se define como “educación basada en la curiosidad”. ¿Qué significa eso en la práctica?

Significa aprender desde la pregunta, desde el asombro. En lugar de transmitir contenidos unilateralmente, proponemos descubrir juntos. Invitamos a observar, experimentar, tocar, dibujar y preguntar, donde la curiosidad guía el aprendizaje.
A diferencia del modelo tradicional, no enseñamos “sobre” la ciencia: la vivimos y la sentimos en conexión con la naturaleza y la comunidad.

¿Qué tipo de actividades desarrollan para fomentar el aprendizaje científico?

Nuestras líneas de trabajo incluyen talleres de educación ambiental y artística, laboratorios creativos, salidas a terreno, juegos educativos, materiales didácticos y actividades de divulgación científica para todas las edades.
Desde observar aves con niñas y niños, hasta co-crear libros y juegos sobre especies nativas, buscamos siempre que la ciencia salga del aula y se instale en la vida cotidiana.

¿Cómo integran el arte, la tecnología o la creatividad dentro de sus experiencias de aprendizaje?

El arte es parte esencial de nuestro método: nos permite conectar la ciencia con la emoción. Usamos ilustración científica, origami, modelado, música y fanzines como puertas de entrada al conocimiento.
También trabajamos con recursos digitales, diseño gráfico y plataformas interactivas, incluyendo modelos e impresiones 3D, entendiendo la tecnología como un medio para ampliar la experiencia y la imaginación.

¿En qué territorios o comunidades han trabajado?

Principalmente en la Región de Valparaíso, pero también en la Metropolitana y O’Higgins. Hemos colaborado con escuelas rurales y urbanas, museos, festivales y organizaciones ambientales.
Además, realizamos actividades virtuales que nos han permitido llegar a participantes de distintas regiones del país —incluso de otros países— manteniendo un enfoque inclusivo y territorial.

¿Podrían compartir alguna experiencia que haya tenido un impacto especial?

El Festival Escolar de Aves ha sido una de nuestras experiencias más significativas. Es un encuentro en torno a la migración, tanto de las aves como de las personas, que realizamos junto al Liceo La Igualdad de Valparaíso, y que esperamos replicar en otros colegios.
También destacamos el proyecto Avendemicus chilensis, un libro ilustrado sobre aves endémicas de Chile, y la creación de juegos de mesa educativos que enseñan ecología de forma lúdica y colaborativa.

La fundación es parte del Comité Gestor de Patrimonio de Valparaíso Creativo. ¿Qué valor tiene para ustedes esta vinculación?

Es una oportunidad para tender puentes entre la ciencia y el ecosistema creativo regional. Nos ha permitido visibilizar la educación científica como parte de la cultura y abrir colaboraciones con proyectos artísticos, patrimoniales y comunitarios.
Creemos que la creatividad puede transformar la forma en que se comunica el conocimiento, y Valparaíso es un territorio ideal para ese diálogo.

¿Qué rol puede jugar la ciencia dentro del ecosistema creativo regional?

La ciencia puede inspirar obras, relatos y experiencias que ayuden a comprender el mundo de otra manera. Al conectarse con el arte, deja de ser algo distante o técnico y se convierte en una experiencia accesible y cercana para todos.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las iniciativas de divulgación científica en Chile?

El primero es la sostenibilidad: muchos proyectos dependen de fondos puntuales. También enfrentamos el desafío de acercar la ciencia a la vida cotidiana y romper la idea de que es algo ajeno o inaccesible.
Falta reconocer su valor cultural, tanto como el del arte o la historia. Queremos que la ciencia sea parte del lenguaje común, una herramienta para comprender y cuidar nuestro entorno.

¿Qué sueños tienen para el futuro de Aprende con Ciencia?

Queremos seguir creciendo como red y consolidar un espacio educativo físico en Valparaíso, donde convivan talleres, exposiciones y proyectos de investigación participativa.
También soñamos con expandir nuestras experiencias a más territorios de Chile, crear nuevos materiales didácticos y fortalecer redes de educación científica y artística.

Si pudieran resumir el espíritu de la Fundación en una frase, ¿cuál sería?

Conocer para proteger.

Si quieres conocer más, visita su sitio web aprendeconciencia.cl

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