Septiembre es el Mes del Circo y la semana pasada lo celebramos entrevistando a la organización Enaires, ahora es el turno de la Carpa Azul Circo, organización que lleva más de dos décadas dedicándose a las artes circenses y que también se enfoca en la difusión y formación de estas disciplinas.


Tuvimos el placer de conversar con Pato Giro, su Director Ejecutivo, quien recientemente también se integró a la gobernanza de Valparaíso Creativo, desde donde esperamos participar y trabajar en conjunto.

Pato, ustedes tienen muchísima trayectoria, ¿cómo han cambiado a través de los años? 

– Ha sido un camino largo, nos remontamos hace unos 25 años atrás, cuando empezó este movimiento del “nuevo circo” en los años 90. en esa época había una fuerte necesidad de ocupar los espacios públicos, de juntarse. Comenzamos a encontrarnos, a jugar, hacer malabares y recrear un poco los  espacios del circo. 

En ese entonces era estudiante de geografía y encontré el camino al circo. De manera muy espontánea, ocupamos el espacio público para practicar y nos preparábamos para las convenciones que se estaban desarrollando en ese momento. Todo era muy autodidacta; estábamos literalmente en pañales. Con el tiempo hemos avanzado, aprendiendo el trabajo riguroso que sostiene el circo, con mucho entrenamiento y disciplina. 

Comenzamos a organizarnos entre circenses, hicimos nuestra primera personalidad jurídica y eso nos permitió acceder a recursos y conectarnos con otras organizaciones. También fuimos avanzando en ocupar espacios importantes, como la Ex-Cárcel, actual Parque Cultural de Valparaíso, donde trabajamos durante diez años. Desarrollamos varias creaciones colectivas que nos permitieron reconocernos y saber qué aptitudes teníamos. Fue bonito lo que se gestó con ese grupo y desarrollar infraestructura para el circo que no había en ese lugar.

También colaboramos en la Ex Maestranza Barón y tuvimos la oportunidad de viajar. Cuando comenzó la construcción del Parque Cultural de Valparaíso, no teníamos lugar y quedamos a la deriva. Así llegamos a la Carpa Azul, que es nuestro actual espacio en Cerro Barón, donde trabajamos durante los últimos 14 años. Al principio fue difícil, éramos muchas organizaciones, gente de teatro, artesanos, batucadas. Así que poco a poco fuimos construyendo nuevamente la calidez del entrenamiento, de juntarnos en el circo, conversando y generando instancias que nos permitieran de alguna forma sobrellevar nuestra precariedad. 

Cuéntame un poco de eso, de las estrategias para “sobrevivir”, del quehacer artístico y en particular de la experiencia de ustedes.

– Valparaíso siempre ha sido una ciudad muy inspiradora para las artes, pero no da sustento para poder vivir. Entonces, ¿qué hicimos? Desde un inicio tuvimos que girar, ir a otros lugares de Latinoamérica incluso a Europa y cuando logramos conseguir más o menos una estabilidad pudimos trabajar en Chile con los municipios o los ministerios, construyendo relaciones. 

Ya llevamos 14 años en el espacio Carpa Azul, con personalidad jurídica y enfocándonos en la promoción y desarrollo de las artes circenses. Tenemos un área de formación en el año, otros periodos de seminario y programación. así fuimos consolidando el lugar y hemos logrado conectar con el público local del cerro, porque al principio no llegaba nadie y ahora tenemos una programación bastante interesante. 

¿Cómo has visto cambiar la escena del circo en Valparaíso?

– Hay más espacios. El movimiento ha crecido, hay mucha más información y gente generando práctica. Nosotros estamos felices de que eso suceda, es la primera puerta para poder generar más artistas que tengan un buen nivel. Nuestros espacios de práctica aún son precarios, pero son proyectos impulsados con mucha pasión, que permiten juntarse, hacer residencias, creaciones colectivas, desarrollar proyectos, tener oficinas, bodegas y lo mejor, poder practicar. Creo que estamos en una etapa de balance optimistas de trabajar más en red y consolidar nuestra infraestructura.

Siguiendo esta línea, cuéntame su experiencia, ¿cuál ha sido la importancia de generar redes de colaboración con otras organizaciones? 

– Ha sido muy interesante, uno nunca va a trabajar solo, la organización se construye a partir de un equipo de trabajo que se va fortaleciendo. En ese sentido, nuestras primeras redes son las juntas de vecinos, las organizaciones comunitarias y no podemos estar ajenos a esa vinculación con nuestro entorno del cerro Barón. 

¿Cómo nos vinculamos? principalmente en los periodos de formación, donde entran nuevos jóvenes, pero también llevando el circo a los espacios públicos del cerro, como las plazas o los centros comunitarios. Ahí también formulamos proyectos y apalancamos recursos para ellos. 

Además tenemos buena relación con los colegios, y los alumnos vienen a la carpa, saliendo de los espacios educativos convencionales, porque lo mágico de la Carpa Azul es que está en un lugar que la gente no se imagina. El año pasado vinieron estudiantes con un espectro autista y descubrimos que había un público muy interesado. Las familias lo agradecieron muchísimo, y nos comentaban que esto es algo distinto y valioso, ya que ellos no pueden ir al cine, o ir a una fiesta por ejemplo. Además al interior de la región nos relacionamos con proyectos educativos más alternativos. 

A un nivel más macro, mantenemos buenas relaciones con nuestros pares del sector. Vemos que ha madurado el nuevo circo chileno y entendemos que compartimos problemáticas transversales y ahí estamos ahora, en una etapa de organización y de lograr objetivos comunes. También pertenecemos a dos gremios: la Red de Festivales a nivel nacional y la Red de Espacios de Circo, que nos va a permitir establecer nuevos caminos para defender nuestros procesos.

Quiero saber un poco más de sus públicos y qué estrategias se pueden articular para encontrar nuevos seguidores y asistentes.

-El circo siempre es muy familiar, nos hemos dado cuenta que ese público se ha potenciado. Sin embargo, estábamos como siempre a ciegas, ¿no? En algún momento nos dimos cuenta de que era necesario hacer un estudio de públicos y lo hicimos recientemente con la socióloga Marcela Valdovinos, ante lo que hoy vemos falencias, aptitudes, posibilidades, y tenemos ya nuestras cartas de navegación. 

En el estudio, pudimos observar que el 15% de nuestro público es de Barón, que hay gente del interior y de otros lugares del país, que se suman especialmente para los festivales o encuentros. Notamos además que asisten muchos artistas jóvenes. Todas esas cosas nos van dando luces de dónde navegar y también cómo sobrellevar el espacio.

¿En qué fecha realizarán el festival este año?

– Será el 28, 29 y 30 de noviembre, y 1 de diciembre. Esta será la décima cuarta versión.

¿Cuáles son tanto las brechas como oportunidades para el sector?

– Creo que nos falta un poco más de organización y consolidarnos a nivel regional, buscando nuevas plataformas para poder sentarnos y articularse de mejor manera. 

La región es muy diversa, por lo que tenemos que mirar cuáles son los diferentes lugares que tienen formas y organizaciones para poder potenciar, se me ocurren San Antonio, La Ligua. Creo que todo ese caldo de cultivo tiene que organizarse para poder generar una red de trabajo. 

Por otro lado, el circo es una plataforma que permite trabajar con la juventud y la niñez, es una disciplina que ayuda a la focalización y la concentración, cumpliendo un rol fundamental hoy en día. A mí, personalmente, el circo me salvó, porque me enseñó el trabajo colectivo, la empatía, y sobre todo el juego. 

Es fundamental seguir por este camino, avanzar hacia la gremialización y buscar ser vinculantes, trabajando en base a nuestras experiencias para mejorar las condiciones laborales del sector.

Finalmente ¿cómo surge el vincularse al Comité Gestor de Servicios Creativos de Valparaíso Creativo? 

Me sorprendió mucho cuando me invitaron, y estoy viendo cómo vincular el circo con el sector productivo, que es fundamental. El circo, comparado con otras artes escénicas, genera un flujo constante de empleos porque siempre está en movimiento. Queremos explorar oportunidades con otras instituciones, buscando recursos que puedan beneficiar más a nuestro sector.