FABI, que ha sabido de música desde la academia, el mundo orquestal, la interpretación del bajo eléctrico, y las artes musicales más rebuscadas, presenta un nuevo disco desde la figura de cantautor y compositor: “Perder”, encargado de suceder a “Catálogo de Canciones para el Fin del Mundo”, del 2022. 

En esta etapa solista, nos regala 8 canciones que se aglutinan desde distintas vertientes musicales, pero que se van construyendo bajo un característico sello en donde la experimentación con el bajo eléctrico y la conjugación de lo anterior con su voz son partes fundamentales. 

“No importando el estilo, y sobre todo valorando el poder saltar de un género a otro, pienso en mi proyecto como una ventana al amplio mundo de las canciones –desde su formato más pop, hasta las canciones más raras–, que me permiten una conexión más directa con las personas, con tópicos más universales”, asegura el artista, que también comparte la labor de producción junto a Andrés Landón.

A diferencia de la historia musical que precede a “Perder”, aquí nos encontramos con sorpresas respecto a los estilos. El formato pop se cuela en esta experiencia, que tomó detalles, dichos y cotidianidades pegajosas para llevarlas a significaciones musicales relevantes.

“Me gustan mucho los refranes, frases que me hacían sentido a propósito de ciertas cosas que quería hablar. Traté que eso, que finalmente es muy chileno, estuviera en la música. Por ejemplo en ‘El Ponchito’ o ‘No Me Echo Pa’ Atrás’. Hay algo que está dentro de una especie de inconsciente colectivo, que tiene estas frases súper incorporadas. Hay una forma de idiosincrasia chilena que a mí me toma mucho”, comenta. 

Tal como escuchamos en el adelanto ‘No Me Echo Pa’ Atrás’, junto a Lorena Blume, el álbum viene con más participaciones. “Hay increíbles colaboraciones: el productor Andrés Landón, en una canción bastante experimental con una brutal vibra ochentera. Valentina Rodríguez, que también fue la que nos acompañó como coach vocal en este proyecto. Natisú, en una canción que coquetea con el jazz contemporáneo. En el último track, Alfredo Tauber y Alejandro Pino, en trombón y trompeta, respectivamente, con impecables interpretaciones y solos”, agrega el músico

Acid jazz, neosoul, un poco de groove, un poco de rock, la brisa de Valparaíso y el largo recorrido de un músico, que este 2024 se anima a acercarnos a su biografía sonora con un disco que le canta al reconocimiento de la pérdida como un inevitable de la mera existencia, pero desde los rincones vivenciales colectivos. 

“Siento que este disco habla de manera un poco más descarnada de vivencias personales, que también se conjugan con vivencias que son comunes. Una de las cosas que yo quería hacer era poder conectar a través de estas vivencias. Muchas veces vivimos procesos dolorosos de pérdida, y uno se siente sólo en el mundo viviendo esas cosas, pero en realidad es una experiencia común, porque la pérdida es algo intrínseco de lo humano, convoca a todo el mundo”