Camila Olmos es periodista y en los últimos años se ha vinculado a la gestión cultural. Parte de esto es su programa, Espiral Musical, que nace el 2019 y que ya cumplió los 100 capítulos. Una plataforma desde Radio Valparaíso, en la que se visibilizan proyectos musicales y de otras áreas de la cultura.
Conversamos con Camila para conocer este recorrido que ha tenido, cuál es su visión de las cosas, y cómo se puede mejorar la difusión del sector cultural de la Región.
▸ Ya llegan a los 100 capítulos, quisiera revisar, ¿cómo nace esta iniciativa? ¿Cuál es su motivación?
Lo celebramos este jueves 13. Todo nació con Martín León, que es músico y productos musical, cuando se abrió un espacio en la radio donde yo trabajo como encargada de prensa. Yo venía en una búsqueda de trabajar con artistas musicales, desde el área de la cultura. Nuestra principal motivación tenía que ver con abrir una vitrina para la música local, particularmente para las creaciones originales. Ambos dentro de nuestras amistades, nos dimos cuentas del tremendo potencial que hay en la música local, pero que no existen los espacios en medios de comunicación para mostrar su trabajo.
Además, nos dimos cuenta de la precarización que experimenta de manera constante el mundo de la música, por lo que quisimos visibilizar las problemáticas que hay dentro de ese mundo, y el por qué es tan difícil salir adelante en el mundo musical.
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▸ ¿Cómo ha ido mutando y cuál ha sido la recepción?
Hemos probado distintos formatos y horarios, además de la frecuencia. Las temáticas se mantienen, pero intentamos en un momento hablar temas de género. En general los cambios que hemos experimentados han sido pequeños, pero para bien. Hoy estamos transmitiendo en línea por redes, para así – por el contexto – abarcar todas las plataformas posibles.
Una buena noticia es que sacamos un Fondo de la Música, a través del cual organizamos presentaciones en vivo para el programa.
Con quienes hemos trabajado, la recepción ha sido súper, todos muy agradecidos por la difusión, la cercanía, que también conozcamos realmente cómo se trabaja en el mundo de la música. También hay un agradecimiento en torno a la información que manejamos de su trabajo; por el lado del público ha sido más difícil, pero bueno. El programa es un poco diferente al público general de la radio, pero hoy a través del streaming logramos más alcance.
▸ ¿Crees que faltan vitrinas para proyectos musicales, como ustedes, en la ciudad, en la Región?
Creo que hacen falta más espacios en la región, pues a pesar de que Valparaíso fue denominada como ciudad musical por la Unesco, a nivel regional – en especial para los valles y zona interior – faltan vitrinas. También siento que falta una motivación por parte de los periodistas que trabajan en la música, de ir más allá de escribir comunicados de prensa. Lograr que el comunicado se publique en la página no es la única forma de difusión, hay que cuestionar un poco cómo estamos mostrando y poniendo en valor el trabajo musical.
Pienso que falta que los medios nacionales pongan atención en las regiones, porque cuesta salir de lo local, en especial en los inicios de carrera.
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▸ ¿Qué piensas que sería un aporte para el fortalecimiento de la difusión y “vitrina” musical en este sentido?
Primero, un tema de recursos. Esto es lo que más cuesta para todos en el rubro, pues los recursos son escasos. Las pautas están enfocadas en lo más noticioso y lo contingente, pero como decía antes, si se puede revalorar desde el periodismo musical, fomentando la investigación y permanencia de los artistas. Creo que hay que «ponerle fichas» a nuestros artistas.
Me gustaría ser enfática que el tema de los recursos es transversal a la cultura. Durante esta crisis sanitaria, ha quedado más en evidencia que nunca. Ha dejado ver la precarización e invisibilización que existe en este sector. Las «ayudas» que se han presentado como propuesta no dan abasto. Es un tema mucho más profundo, algo que hemos tocado mucho en Espiral Musical, desde donde nos cuestionamos un poco el título de Ciudad Musical para Valparaíso.
Nos hemos relacionado también con cultores, desde el mundo de la cueca, donde los viejitos y viejitas están dejados de lado. Son muchas piezas de una misma situación que hay que mostrar.
▸ ¿Qué harán para el capítulo de celebración de las 100 emisiones?
Hicimos un repaso por la música de los y las artistas que han pasado por nuestro programa, más que nada. Sacamos un afiche donde podemos destacar a las personas que han confiado en nosotros, incluso con lanzamientos en vivo en el programa.
▸ Además del programa, eres gestora de iniciativas culturales y trabajas en comunicaciones, ¿cuáles son los obstáculos que ves en tu quehacer y cuál es tu análisis sobre de qué manera impulsar esto, en el contexto actual por ejemplo? Donde todo se ha tenido que replantear.
A lo anterior que he comentado, es que hay una falta de profundidad de la difusión musical, que se reduce muchas veces a la cartelera. Nosotros generamos el programa de manera autogestionada, entonces es todo un círculo de precarización de los actores que estamos involucrados.
Si bien hoy, por el contexto, las redes sociales nos ayudan bastante, sigue no siendo suficiente. Hay muchas actividades en streaming, y pueden haber grandes cantidades de público, pero no asegura que se ponga en valor realmente el trabajo: las horas de estudio, de ensayo, la inversión en instrumentos o maquillaje, eso es algo que no estamos viendo. Se requiere un cambio cultural y también educación de las audiencias.
Al hacer eventos, veo lo que cuesta que la gente pague una entrada a un evento. Y ese dinero, puede ser «luca», es necesaria para retribuir el esfuerzo – hace falta cambiar el switch y valorizar realmente la cultura y el arte.
▸ ¿Qué ha sido lo mejor de este tiempo de Espiral Musical? ¿Qué destacas?
Lo mejor ha sido conocer a creadores, creadoras y el esfuerzo que hay detrás de su trabajo. Para nosotros ha sido un espacio de crecimiento profesionalmente, y nos demuestra que la autogestión y el amor por hacer las cosas, nacen iniciativas muy bonitas. A veces hacen falta las lucas, pero hay vínculos que son lo más importante.
Ha sido valioso ganarnos un fondo, mantener el espacio, pero más que nada, destacamos el contacto tan cercano que nos permite el programa.
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