Como parte de la Delegación MIC Chile 2025 en el Encuentro de Economías Creativas de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Valparaíso Creativo conoció dos referentes en la gestión de industrias creativas: Palo Alto y Graner.
En el marco de la misión internacional que reúne a 22 organizaciones culturales chilenas en Barcelona, Alexandra Garín, gerente de Valparaíso Creativo, junto a Mauricio Cifuentes, gerente de Chile Creativo, visitaron espacios que muestran cómo la cultura y la creatividad pueden transformar barrios, impulsar colaboraciones y fortalecer redes internacionales.
📍 Palo Alto Barcelona paloalto.barcelona
Ubicado en el barrio Poblenou, Palo Alto es una antigua fábrica textil reconvertida en cowork que hoy acoge a más de 17 empresas y estudios techno-creativos vinculados al diseño, la comunicación visual, la arquitectura, la música y las artes visuales, entre las que se encuentran dos empresas chileno-españolas, como Alma Digital y Embodied.
Desde su origen en 1989 como espacio creativo y la constitución de su fundación en 1998, este centro se consolidó como un referente en la gestión sostenible y la conservación del patrimonio industrial. A lo largo de más de tres décadas, más de 70 profesionales y empresas han pasado por sus instalaciones, generando un ecosistema donde la creatividad convive con el bienestar laboral y la innovación.
Actualmente, Palo Alto concentra 17 empresas que generan cerca de 250 empleos directos. Además de ser un pulmón verde con más de 200 especies vegetales, organiza actividades abiertas como el reconocido Palo Market Fest, y se ha transformado en un espacio abierto a la comunidad y vinculado al territorio.
📍 Graner Barcelona granerbcn.cat
Graner es un centro de creación de danza y artes vivas, gestionado por el Mercat de les Flors con apoyo del Ayuntamiento de Barcelona. Funciona como residencia artística abierta 24/7, donde se crean, investigan y comparten proyectos de danza, teatro físico y performance.
Su misión es acompañar procesos de investigación y creación artística que exploran el cuerpo, el movimiento y el lenguaje coreográfico, generando espacios de cuidado, encuentro y experimentación para la comunidad artística. También desarrolla programas en relación con el territorio y la comunidad educativa, en los que la danza funciona como motor de acción y pensamiento.
Con más de 1.000 m², dispone de cuatro salas de creación de distintos tamaños, además de espacios comunes, cocina y viviendas artísticas, consolidándose como un polo de innovación y colaboración internacional.
Estos dos espacios son ejemplos de cómo los espacios culturales y creativos pueden reinventarse para abrir puertas a nuevas formas de cooperación y desarrollo sostenible, aportando inspiración para el fortalecimiento de las industrias creativas en Chile y la región.
