Uno de los últimos lanzamientos musicales recientes de la escena local, es el de Hammuravi, el proyecto personal de Naty Lane, actualmente también bajista de Adelaida. El 2015 le dio inicio con Espesura, y actualmente se encuentra desarrollando nuevo material.
Naty reeditó el EP Espesura el año pasado, buscando darse a conocer a quienes no habían escuchado de Hammuravi, todo esto de la mano de Hiss Records de Jurel Sónico. Fue su mismo compañero de Adelaida quien le ayudó a armar y producir ese primer EP.
Este 2020 comenzó estrenando Limbos, después de La ciudad, que remite a la nostalgia en un viaje a la infancia que permite tener mayor conciencia del presente.
Los inicios
El nombre es una de las intrigas más grandes. Pero solo se trata de una palabra inventada a partir del término japonés hammurabi, que remite a la ley del talión. Cuando Lane la escuchó llamó su atención: era una palabra de sonido dulce, pero significado duro. Y la intervino.
Por otra parte, su último single es Limbos, en entrevistas ha comentado que se refiere a “esos espacios mentales en los cuales viven aspectos de nosotros mismos como el miedo, el amor, u otras emociones que te invitan a permanecer ahí, con sus aspectos positivos y negativos”.
Una de las particularidades de esta canción es que utiliza entre sus instrumentos uñas de cabra, lo que descubrió como instrumento durante su tiempo tocando junto a Fatiga de Material.
Limbos surge de un momento crítico: cuando Lane se quebró el tobillo durante el 2020, y tuvo que sufrir una operación de compleja recuperación.
Este es solo un adelanto del trabajo total que la música pretende lanzar en totalidad durante el presente año. En el álbum incluirá “harto enjambre de cuerdas, percusión, sonajeros, metalófono y flautas, entre otros. No hay batería ni guitarras pesadas”, comenta.
Algunos de los invitados con los que está trabajando son: Luis González (Gato) de Mortenzen, Elisa Montes de Slowkiss y Flavio Zárate de Aramea, entre otros.