En el apogeo de las tardes, el equipo detrás del Festival Hazla Corta se reune para discutir la importancia de este evento en el panorama audiovisual. Para ellos, la creación de cortometrajes es más que una simple exhibición; es un medio para dar voz a las preocupaciones y experiencias de los jóvenes de hoy.

Hablamos con Raúl Rodríguez, organizador de Hazla Corta, sobre qué significa este espacio, cómo ha ido creciendo y de qué manera funcionan las audiencias más jóvenes con interés en el mundo audiovisual.

Desde el inicio, el objetivo del Festival Hazla Corta fue claro: abrir un espacio en el mundo audiovisual donde los jóvenes pudieran compartir sus creaciones y establecer diálogos. Los organizadores notaron que muchos festivales juveniles tendían a enfocarse en temáticas infantiles, y querían dar lugar a discusiones más complejas.

Los cortometrajes presentados en el festival abordan una amplia gama de temas, desde el aborto hasta la depresión y la ansiedad, todos vistos a través de la lente de la juventud. Lo que hace que estas obras sean especiales es su autenticidad. Los jóvenes cineastas no necesitan de una formación académica para expresar sus preocupaciones.

El Festival Hazla Corta se distingue por su enfoque en obras que resuenen con los jóvenes, que reflejen sus inquietudes actuales y que puedan generar un impacto real. Además, no se limita a ser una plataforma de exhibición; es un lugar de encuentro. A lo largo del año, se organizan conversatorios y eventos donde los estudiantes pueden interactuar tanto con las obras como con sus creadores y otros jóvenes cineastas.

Lo más interesante es que se enfocan en la realidad regional. Todas las obras provienen de Valparaíso y sus alrededores, lo que significa que las temáticas son cercanas y relevantes para la comunidad. Es una oportunidad para que los jóvenes de la región se vean reflejados en las historias y conectados con sus propias preocupaciones.

Ante la pregunta de cómo observa las audiencias de Hazla Corta, Raúl Rodríguez, comenta que: ”Veo un especial interés en los jóvenes. La gente entre 14 y 17 años tiene muchísimas ganas de ver cosas hechas por otros de su edad, lo que nos sorprendió bastante porque no esperábamos que los chicos sintieran un interés tan genuino”.

“Cuando la gente ve la posibilidad de acompañar estos procesos, se involucran bastante, se emocionan y les agrada. También es una instancia especial para la gente que está creando, quienes participan de nuestros talleres, se les ve llenos de ganas de hacer cosas y de mostrárselos a los demás y eso es bonito, especialmente pasando de un día a tres de programación, haciendo algo muy diferente a lo que hemos hecho anteriormente y está funcionando y nos sentimos súper felices en ese sentido”, finaliza.

En resumen, el Festival Hazla Corta es un evento que empodera a los jóvenes cineastas, permitiéndoles sentirse como verdaderas estrellas y creadores de un cambio significativo. A través de sus historias, estos jóvenes no solo cuentan su propia historia, sino que también contribuyen a la construcción de una comunidad más informada y conectada a través del cine. El Festival Hazla Corta es un recordatorio de que la voz de la juventud es poderosa y transformadora.