Partió en agosto del 2021 con muchas ideas y energía. A su cabeza, Camila Pantoja, quien trabajaba como periodista audiovisual, y renunció a su trabajo para armar Máquina Rosa, casa de artes, con sus ahorros. Se vino de Santiago a Valparaíso buscando el lugar perfecto para lograr su objetivo.

Camila es la única encargada del lugar. Todos estos meses ha estado ordenando y reparando la casa que hoy es Máquina Rosa, sueño que inicialmente armó con una amiga, pero en el trayecto terminó siendo un proyecto individual.

Hoy se compone de una boutique erótica, un taller de encuadernación y un taller de fotografía experimental, y el espacio está disponible para más. “La idea es que todos y todas nos apoyemos y hagamos cosas en conjunto”, señala Camila.

Máquina Rosa, ¿qué es, qué hacen?

-Siempre la idea fue que sea casa de artes multidisciplinaria, por lo que tenemos servicios como impresión, laboratorio fotográfico en blanco y negro, revelado de rollos fotográficos, es decir, vendemos y arrendamos insumos en este momento. Principalmente somos taller, espacio de exhibición y este laboratorio.

¿Cuál es tu sueño con Máquina Rosa?

-Idealmente que esta casa sea un taller de trabajo, un lugar donde una pueda mostrar lo que hace. Ojalá al largo plazo ser solo imprenta, y creo que hay que mantener lo del laboratorio, me gustaría que se relacione siempre con los libros y la pintura.

¿Cómo partió esta idea?

-La tenía con una amiga y con ella ya había visto demasiados espacios disponibles para arrendar. No había gestionado un “centro” cultural, pero sí había armado fiestas y otras instancias. Había participado en actividades y tenía muchas ideas, sabía que era el momento de que hiciera mi propio proyecto. Además, después de la pandemia, no quise darle más vueltas: ¿qué voy a hacer? No quería seguir trabajando donde estaba, y si no es ahora, ¿cuándo? me pregunté. Ese fue el impulso que inició todo.

¿Cómo funciona Máquina Rosa?

-El espacio está abierto para todo: quien quiera venir a hacer algo, es bienvenido/a. Este trabajo de gestión es infinito, aún necesitamos más gente tanto en los talleres como en el equipo, pero ha llegado ya mucha a colaborar. Por ejemplo, la pared la pintaron unas chicas de una exhibición de pintura que hicimos, y así ha llegado gente a ayudar a “armar” el lugar. Se ha dado mucha colaboración.

¿De qué manera han ido usando el espacio, con qué actividades?

-Hemos hecho ferias, jornadas de dibujo con modelo vivo, taller de cerámicas, lecturas poéticas, y actualmente tiene la exposición fotográfica que es permanente. Principalmente se nos han acercado más mujeres y disidencias tanto a visitar como colaborar.

¿Qué has podido observar en estos meses, cómo ha sido la recepción de la gente?

-La recepción ha sido súper buena. Yo pensaba que en Valparaíso habían demasiados espacios, pero al parecer siempre hacen falta más. Creo que acá la vida se aborda de una manera un poco más experimental, y eso ha sido bacán, en Valparaíso todo parece que se puede hacer. Todo es a pulso y así se ha armado este espacio, con quienes han querido “apañar” y han llegado solos. Hay como más amor por los oficios.

En cuanto al laboratorio y tu labora ahí, ¿cómo te has vinculado a la fotografía?

-Antes de llegar ya sabía revelar ya que aprendí a trabajar con la fotografía hace unos años, poco a poco. Al llegar acá ingresé al Diplomado de Cámara Lúcida, que me permitió adquirir conocimientos y redes. Ahí pensé en armar un laboratorio, que es algo que hace falta. Generalmente quienes revelan lo hacen de manera más artesanal en sus propias casas y es una necesidad que hay que suplir.

Finalmente, ¿qué nos puedes contar sobre la exposición actual?

-Esta se armó a través de una convocatoria abierta a todas las personas que quisieran traer sus obras, nosotras nos quedamos con el 10% de la venta, y la gente puede seguir trayendo obras si es que las vende, de esa manera resulta sustentable para todos y todas las involucradas. Es algo que siempre está disponible para quien esté interesado, y nos pueden escribir.

Puedes visitar Máquina Rosa en Almirante Montt 389, Cerro Alegre. También síguelas en redes sociales: @maquina.rosa