A través de Meet, conversamos una fría mañana porteña con la cantautora Mora Lucay, quien hace unas semanas lanzó su single “Las palabras que no sientes”, un bolero que quisimos explorar en la siguiente entrevista. Además, repasamos sus últimos pasos y pedimos detalles sobre sus procesos creativos. Te invitamos a leer:
Sobre el single, ¿qué te llevó a hacer esta canción, Las palabras que no sientes?
– Me llevó una pena de amor, pero una que me tomó bien parada, en un momento que tenía claro que tenía que salir ilesa de esa situación. En el fondo, creo que es como armarse de valor para retirarse en ciertos momentos, y llevarlo a una canción me hizo vivirlo de manera mucho más dulce. Fue un camino de retirada, describo la canción como un bolero de autoayuda, porque no es un canto sufrido, sino de protección.
En todos tus procesos te acompaña la creación de música, ¿viertes todo en una canción?
– No siempre. Creo que tengo que estar en un estado donde las emociones no me matan por completo y en este caso era así, no era una pena tan profunda, pues cuando estoy derribada es difícil, debo estar en un estado de equilibrio emocional para poder agarrar la guitarra. Siento que involucra una especie de claridad también. Hay estados en los que no tengo esa fortaleza.
¿Por qué poner el tema de la autoayuda en la mesa?
– Creo que no fue intencional, sino que surgió en el momento en que me preguntan y lo entiendo, no en el momento de hacer la canción. En muchos sentidos podría verse como una canción que podría escaparse de la moda, de este tiempo, de las tendencias. A la vez, no, pues siento que es amorosa con una y que también es tiempo de eso. Lo más sensato para mí es compartir el proceso que viví. Para mí en ese momento esa canción fue necesaria. Es del año pasado, y ponerla sobre la mesa tiene que ver con mostrar algo nuevo que no sea necesariamente un disco, sino algo más que refleje el fluir y el estado en que estoy.
Para ti, ¿cómo es el proceso creativo en torno a la música?
– En mi caso, es un proceso que tiene mucho que ver con si tengo o no tiempo para darme a mí. Trabajo en otras cosas y muchas veces eso me atarea, para crear necesito primero estar sola y sintiendo ese espacio también. Siento que mi manera de hacer música es bastante intermitente, pero el ejercicio de hacer canciones lo tengo permanentemente, porque mis trabajos están relacionados con lo creativo. Siempre hago canciones, pero no para mí: al hacer clases a niñes, o sigo el proceso de otres, por lo que esa creatividad está viva, pero es diferente hacer canciones de una.
¿Cómo fue tu reciente experiencia en México el 2023?
– México fue un lugar que yo ansiaba mucho ir, este año hice un viaje largo sola por Colombia, Ecuador, Brasil y Argentina, donde mi objetivo era crear redes, generar lazos y conectarme y contactarme con personas que yo sintiera afines dentro de la música, del arte, lo que a mí me apasiona. Al llegar me sentí triste de no ir a México, pero en ese momento era inabarcable. Me quedé con eso en el corazón y cuando decidí ir, era pues si bien no había ido nunca pensando en la música.
Siento que hay un trabajo hecho por colegas músicos que ya están viviendo allá, que tienen su propia red armada. Por lo que ir era en parte vivir ese trabajo y a la vez, descubrir si yo tenía un público allá. Fui sin expectativas a sorprenderme. La verdad es que fue súper lindo, sentí que había receptividad, gente que estaba esperando que fuera, gente abierta a sorprenderse con lo que yo podía entregar y así… Sentí que México es muy cercano a Chile, nos hemos visto muy influenciados por ellos, pero siento que hay algo más, una conexión que nos une y que hace que sea muy fácil enganchar y comunicarnos y hermanarnos. A veces pienso que son conexiones subterráneas y túneles que hacen que las cosas sean más fluidas, por lo que quedé muy feliz de ir para allá.
Tuve la suerte de colaborar con una artista, Melisa Castellanos, quien está empezando una carrera solista. Tuve la suerte de conocer a mi artista favorita, que es Y La Bamba; me pude contactar con Rulo, además de conectar con muches amigues. Siento que se fue gestando una red muy linda y también que son viajes que te generan pasos que no imaginan que van a salir después.
Me gusta mucho viajar y lo que los viajes generan, pues las redes nunca podrán reemplazar lo presencial, el tiempo compartido.
Además estuviste en la primera versión del Festival Uva Robot…
– Sí, es su primera vez en Valparaíso, lo que es un hito. La familia Uva Robot se ha ido fortaleciendo y ha ido creciendo el nivel de interés y creo que Valparaíso siempre ha sido muy hermano de la comunidad Uva Robot, quienes han valorado su audiencia acá y estoy muy feliz de haber formado parte colaborando en lo que puedo y haciendo música juntos, que es fascinante, son personas muy inspiradoras.
Volviendo al single, quería saber, ¿cómo surgió la colaboración con la fotógrafa Val Palavecino para realizar el video del single?
– Es chistoso, pues tenemos hartas amigas en común, pero no nos habíamos conocido directamente. Ella vino por el Festival Internacional de Fotografía en Valparaíso, ante lo que alojó conmigo por un trueque que ella ofreció. Me encanta esa manera de intercambiar, fue bacán que me lo ofreciera, primero fueron fotos y luego le pedí el video. Justo era el momento en que yo estaba preparando todo y lo tenía pensado, pero no sabía con quién hacer el video. Necesitaba que fuera alguien que conectara con la idea. Cuando surgió esto, pedí si podríamos hacerloy que me acompañara una tarde a hacerlo y así sucedió, en ese intercambio, en el momento indicado. Tuve mucha suerte. Pues admiro mucho a Val, creo que tiene buen ojo y un gusto artístico que andaba buscando, así que fue increíble.
¿Qué es lo que te importa a la hora de hacer un video?
– A mí me importan varias cosas, por una parte, que esté a mi alcance de realización. Me gusta que un video tenga relato, me interesa que tenga una dosis de humor, que tenga poesía y a la vez que tenga sentido con mis pasiones. En el caso de este video, yo me enfoqué en esa frase que dice “me protegí, me hice de palo, como una barca que flota”, lo que me llevó a la imagen de la balsa. Mi relación con el mar es muy cercana, y me llevó a preguntar qué tan difícil era hacer una balsa. Siempre veo a la gente flotando en el mar en kayak u otros y pensé en eso. Con esta idea, un día llegué donde un amigo que tenía palos, que necesitaba para hacer la balsa. Ahí encontré cuatro cuadros que al unir me hacían una buena superficie, y dije listo. Fue un tremendo logro. Después de eso fue empezar a pensar, imaginando las imágenes.
Es curioso como funciona el motor creativo. A veces hay que solamente accionar una perilla, y se empiezan como a abrir válvulas en tu cerebro. Activas una imagen que cobra vida propia y se te ocurren soluciones, o caminos que te abren unas opciones que no sabes de dónde, eso es muy apasionante.
Finalmente esa balsa fue un material de experimentación, para ver cómo podría flotar y cómo sería la experiencia. Me tomó tres viajes a las Torpederas y mucho YouTube, donde llegué a la respuesta: botellas plásticas. Tenía sentido usarlas de soporte y la pegué a la balsa, hasta que lo logramos.
Siento que fue muy lindo todo ese proceso de fabricar mi propia barca, que en el día de la grabación llamaba la atención y toda la gente estaba mirando. Cuando me metí al agua habían aplausos de fondo (risas). Ha sido muy lindo todo. Estoy muy contenta con el resultado, creo que va en la línea de mi trabajo.
Desde el inicio hasta ahora, ¿en qué ha cambiado tu música para ti?
– En la manera en como yo me he ido soltando. Después de esta última canción, Las palabras que no sientes, eso es una especie de paréntesis musical. Lo próximo que voy a mostrar no tiene nada que ver y eso me apasiona mucho, sentir que esta es una pausa, un capítulo pequeño muy cortito de otra puerta que se abre previo a la canción con la que voy a empezar el 2024. En términos musicales, aquella va en la senda de Bestia, lo que viene es totalmente yo metiéndome más en los arreglos y en todo.
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