Tuvimos la oportunidad, como programa junto a nuestro Comité Ejecutivo, de conocer la Granja Aromática, un proyecto en torno a las plantas y sus propiedades en aceites esenciales y otros extractos que benefician a la salud. Estuvimos en sus dependencias teniendo nuestra reunión, y pudimos recorrer sus predios y lugar de destilación, donde preparan todos los aceites.

Liderado por Cecilia Vergara y Cristóbal Vicente, Cecilia nos guió en un trayecto verdaderamente mágico en Limache, en el Fundo los Aromos, donde se puede ir a conocer en cualquier momento del año.

Comenzamos nuestro recorrido… paseamos por los predios llenos de especies:

-Este es el jardín de los sentidos, es un jardín con alrededor de 40 variedades de hierbas aromáticas, donde la idea es poder familiarizarse con las especies, de dónde vienen los aceites, cuáles son sus propiedades y así. Vamos revisando las distintas especies y cada una tiene su letrero informativo acerca de su nombre, origen, propiedades y efectos. Acá la gente puede ir viendo y conociendo sus aromas.

Acá tenemos plantas que dan aceites esenciales y otras que no, que se distingue por su aroma por lo general. Cada aceite tiene distintas propiedades, todos antisépticos, son todos desinfectantes. 

El conocimiento en torno a esto, es científico y ancestral, ¿o no?

-Es una mezcla y un compendio de muchas cosas. Por una parte está el buscar las propiedades químicas de las plantas, ahí saber qué moléculas aromáticas tiene la planta y todo eso; pero por otro lado, tiene todo el conocimiento popular que viene dado por siglos y siglos de experiencia que se suma a lo químico y científico. El aromaterapia es un concepto integral de beneficios fisiológicos, psíquicos y emocionales, donde se sabe que la medicina popular es muy sabia y tiene mucha información.

Cuéntanos un poco más sobre este territorio y sus especies

– Este jardín sirve por un lado para producir a las visitas y también es un espacio donde probamos nuevas variedades, cuáles son sus condiciones de cultivo. Por ejemplo, lo que no tiene aceites esenciales puede servir como tintura madre, donde se macera en alcohol. Esta tiene otras propiedades.

¿Hace cuánto que llevan este proyecto?

-Los primeros cultivos partieron el 2019, y la granja así como la ves ahora el 2013, hace 10 años.

Además de llevar la granja y hacer recorridos, hacen otro tipo de actividades, ¿cierto?

-A veces hacemos festivales, conciertos, proyecciones de cine y otras actividades culturales. Durante el invierno cerramos un par de meses por el clima, cuando llueve, pero tenemos visitas constantemente desde septiembre hasta abril estamos abiertos de viernes a domingo recibiendo visitas.

Hemos ido abriéndonos a las actividades culturales por nuestros propios intereses, como anteriormente fue el Festival Acéfalo de música improvisada y las actividades son muy familiares, eso es muy bonito. También hemos hecho ciclos de cine al aire libre, lo que tenemos en carpeta; conciertos; ferias de creadores locales como el Gabinete de Curiosidades, que vuelve en marzo. También hacemos talleres artísticos que tienen que ver con plantas medicinales y bueno, todo ligado al ámbito artístico. Estamos apuntando a seguir haciéndolas, postular a fondos y tener más oportunidades.

¿Cómo llevan el cuidado de las plantas según su estación?

-Muchas de estas plantas en invierno duermen, entran en durmancia, cuando florecen, su riego y todo lo tenemos registrado, lo vamos siguiendo para un óptimo funcionamiento. Esto lo tenemos en un gran pizarrón en la misma granja donde vamos registrando.

¿Cómo empezó todo esto?

-Estábamos en Valparaíso con Cristóbal, mi socio y pareja, y nos vinimos acá pues este era un campo donde estaba la familia de Cristóbal, para trabajar acá en el campo y ahí nos vinimos hace 10 años a trabajarlo.

¿Cuál es, en tus palabras, el aporte que buscan hacer con todo el trabajo que generan acá?

-Por un lado, conexión con la naturaleza, con la medicina de las plantas, ser un punto de encuentro para la comunidad también. Tomar conciencia del territorio y paisaje en el que estamos parados, saber qué significa ser parte de este lugar. Convergen hartas cosas.

Cuéntanos un poco sobre el proceso químico [es parte del recorrido]

-El alambique destilador es donde “sucede la magia”, que parte generando vapor en una caldera a leña, todo artesanal. A través de las mangueras se traspasa el vapor a los recipientes donde se destilan las especies. Acá el agua se condensa y cae como agua destilada, hidrolato. Estas “barricas” son de acero inoxidable, forradas para mantener la temperatura. Es lo que se ocupa desde la antigüedad y el alambique que tenemos tiene su historia. Esto viene de la tradición de quien inventó el baño maría. [En esta oportunidad vimos el proceso del cedrón, que baja la presión, es para el sistema nervioso y muchas otras propiedades].

El hidrolato es parte de lo que extraemos y tenemos disponible también a la venta para diversos usos.

La destilación es como la cocina, donde cada equipo va viendo qué temperaturas y qué tiempos desean, y tenemos a alguien a cargo, Sandra, quien ve el laboratorio.

¿Además se articulan con otros actores y son como un eje activo o no?

-Somos como uno de los centros de actividad del sector, mucha gente además se ha venido a vivir a Limache y Olmué y eso es interesante, mucha gente vinculada a lo creativo y a las artes en general.

Si quieres conocer más, síguelos y escribe a @granjaaromatica