Por: Valentinne Rudolphy.

Danixa Becerra es una mujer power. Ha trabajado más de una década en Organic Style, empresa que fundó y se dedica a los estampados en productos con el menor impacto ambiental posible en sus procesos.

Actualmente están posicionados a nivel nacional, exportando creatividad a otras regiones. Conozcamos más de su historia y visión:

Hace cuánto que están con Organic Style

-Organic Style surge del 2012, ahí se formalizó ante el Servicio de Impuestos Internos y desde el 2011 tenía la idea.

Y cómo han sido estos años

-Ha sido súper difícil, porque esta era una industria liderada por hombres, lo es. El mundo de la serigrafía no tenía mujeres insertas, por lo que me costó mucho al inicio. Yo estudié ingeniería en gestión de negocios, nada que ver con esto, y lo encontré como oportunidad cuando estuve en Francia, donde aprendí a hacer bolsas estampadas, y por eso partió. Había entonces pocas pymes ofreciendo ese servicio con enfoque ecológico. Nuestro catálogo era sólo de eso, y con el tiempo empecé a meterme en este oficio que era bien informal, a menos de que fueran grandes fábricas. Ahí tuve la idea de formalizar y especializarme en la serigrafía, capacitándome, conociendo gente, y visitando otros lugares.

¿Cómo lo has hecho con el financiamiento?

-Nos levantamos por medio de capital público, primero nos adjudicamos un Capital Abeja de Sercotec cuando tenía como 22 años, no tenía idea en qué me estaba metiendo. En el camino me encontré con un maestro, Don Vicente, que ya llevaba como 30 años haciendo serigrafía y él me enseñó. Él había estudiado en los años 70 en el Inacap cuando era gratis. Ahí aprendí, al inicio sola, haciéndolas todas desde producción hasta las ventas. Y el 2014 me dediqué 100% a esto, renunciando a las otras cosas que estaba haciendo, entonces trabajaba como Encargada de Recursos Humanos y empecé en un taller en Serrano a trabajar en Organic Style. De a poco comencé a posicionarme, participando en asociaciones gremiales, haciéndome conocida y viendo cómo se trabajaba la serigrafía, que es toda una cadena de trabajo.

¿Cómo fuiste desarrollando tu modelo de negocios?

-Me enfoqué entonces en el rubro mayorista, vendiendo principalmente por volumen, pero que igual son accesibles para pequeños productores. Ahí empecé a detectar por cuál línea debía ir trabajando y luego comencé a encontrar otras técnicas y a profundizar mis métodos de impresión, algunos que no se encuentran acá en Valparaíso, para acercar el rubro del estampado a la gente, demostrando que se pueden hacer muchísimas cosas.  

Actualmente ya cuentas con un gran equipo de trabajo.

-Sí, ya no estoy sola. Tengo un equipo grande que está muy definido en sus roles. Son casi 11 años que vamos a cumplir, por lo que ya superamos varias barreras que no vamos a retroceder. Vamos adelantados a nuestras producciones, llenando los cupos para el mes siguiente, “vendemos hacia el futuro” y eso nos da una tranquilidad. Ha sido un trabajo de prueba y error porque no había muchos referentes en Chile. 

¿Cuáles son sus proyecciones en el corto plazo?

-Ahora estamos armando una tienda en el hall, para que la gente pueda ver el proceso de producción y puedan ver el trabajo expuesto en vivo. Antiguamente incluso realizamos recorridos turísticos donde los extranjeros pasaban y les hacíamos un workshop, para vivir la experiencia y se llevaban un recuerdo estampado por ellos mismos. Queremos acercar la serigrafía a las personas y buscamos dinamizar nuestros métodos. Ahora trabajamos haciendo serigrafía express en eventos, invitamos a que la gente estampe en nuestro carrito móvil y así vamos innovando en el oficio.

Queremos retomar los workshops como experiencia turística, entonces queremos abrirlo al público local que quiera conocer el taller. 

Además siempre te has ligado al mundo del emprendimiento.

-Sí, así es. Desde que creé Organic Style buscaba a otros emprendedores porque necesitaba hablar con pares, emprender es muy solitario. Además tenía que mostrar lo que estaba haciendo. A veces iba a cuatro eventos en el día, pero eso me ayudó mucho a levantar la marca y hacer conocido el taller. Era un rubro con muy mal prestigio cuando yo entré, por lo que llegaban clientes con malas experiencias y no queríamos que pasara eso. Fueron aprendizajes que salieron de participar en espacios gremiales. Yo también fui presidenta de la asociación de locatarios Barrio Puerto, consejera de la ASECH donde estuve como casi 5 años y en más organizaciones, participando en miles de cosas. Porque hay que moverse para liderar un negocio, las cosas no llegan solas.

Con respecto a los estampados, ¿trabajas con artistas o diseñadores, cómo lo haces?

-Actualmente tengo un modelo llamado Lanza tu marca, en el que se puede mandar a imprimir por baja cantidad, lo que funciona mucho con tiendas de ilustraciones y también con ilustradores y/o dibujantes que tienen sus propias marcas. Así trabajamos con muchas tiendas de todo tipo, y nuestro equipo de diseño también pueden generar propuestas, o se reciben también. Trabajamos mucho con emprendedores que nos envían su trabajo, y es rentable para ellos.

¿Cómo has visto cambiar en estos 10 años el mundo de la serigrafía? 

-Yo creo que nos hemos vuelto un referente para otros negocios de oficio que ven que se puede crecer, hay que pensar estratégicamente. Nos hemos logrado posicionar entregando un prestigio al oficio. Ahora se muestra que se puede profesionalizar, que se puede llevar a eventos masivos – nosotros hemos ido a Creamfields, a Mysteryland, y así acercando la serigrafía a la gente.

¿Y cómo se traduce la creatividad para ti?

-Aquí nos divertimos mucho y creo que esa es la clave. Lo pasamos bien, aunque es estresante. Si no te diviertes, mejor no lo hagas. Así todas las ideas van a fluir.

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