Daniel Aspillaga, es Humano Productions, quienes están desarrollando el proyecto audiovisual “Plasma”, película del género body horror que llega a darnos una nueva visión de Valparaíso, una más fantástica y tenebrosa en cierto sentido. Todo esto vino de la idea de Daniel, quien ha fortalecido un grupo humano que está llevando a cabo esta producción.

Daniel, cuéntame de ti, de tu trayectoria e intereses.

-Nací en Santiago y crecí en Villa Alemana, y comencé a involucrarme con la música de manera muy activa. Me metí en los Mil Tambores mucho tiempo, y estudié música, Licenciatura y Pedagogía en Música y percusión en el conservatorio, y durante unos 10 años grabé discos, toqué en el Ensamble de Percusión de la universidad, pero siempre fui muy cinéfilo, ya que de chico me mostraban muchas películas mis padres. Siempre me ha gustado más el cine, aunque no me atreví a estudiar eso, pero la pandemia me trajo eso de vuelta a mi vida y ahí salió el guion de la película Plasma.

De todos modos, siempre he estado vinculado con las artes. Mi papá y hermana se dedican al teatro, por ejemplo, y he trabajado haciendo bandas sonoras, mezclándolo y entrelazándome con otras artes. Yo no sólo pienso en la música, me gusta esa mixtura del lenguaje.

¿Como a qué edad comenzaste con la música?

-Realmente como desde 5to básico que tocaba en un cuarteto de flauta en el colegio, y luego como en la media del colegio me metí en batucadas, y de ahí estudié, y entre el 2010 y el 2020 me dediqué enteramente a la música, hasta que empecé a escribir guiones.

¿Es primera vez que escribes un guion?

-Sí. Me lancé no más. Creo bastante en los discursos en los que se habla de directores como los de videocassette, que no se formaron necesariamente en escuelas de cine, sino que de chicos vieron muchas películas. Esa noción me resultó inspiradora y me motivó a aventurarme. Siempre he creído un poco en lo que te puede entregar ver muchas películas. Primera vez que escribo un guion, y voy en la versión como 20.000, pero va avanzando.

¿Qué te inspiró o gatilló a este punto? Por ejemplo, quienes son tus referentes.

-La pandemia para mí fue algo transformador, me hizo revisar qué quería hacer con mi vida y así. Me impulsó a finalizar un proceso y comenzar otro. Tuve la fortuna de poder seguir trabajando en línea, y eso me permitió pensar harto en lo que quiero hacer. Me concentré harto en mí y comencé a encaminar mi convicción en lo del guion. Y yo soy el director y el guionista, pero he aprendido bastante de mis amigos que han estudiado cine y son parte del equipo. Creo que ellos en parte son mis referentes. 

Mis referentes son varios, pero me gusta el cine que tenga un contenido de impacto, que cueste olvidar por su narración o por sus imágenes. Muchas veces esto se asocia con la violencia, y esto puede estar vinculado a una reflexión más profunda. En este sentido me gusta Michael Haneke, un austriaco que tiene una película llamada Funny games. También todo lo que sea body horror, que es el género de mi película que estoy llevando a cabo, Plasma, que es un género de terror que tiene que ver con lo interno, con lo que se despliega de manera personal. Un hombre lobo o un vampiro se transforman debido a algo externo que les afectó, pero, ¿qué nos cambia de manera interna? Por ejemplo, estresarse y rascarse mucho es body horror. Tiene que ver con lo hereditario, con lo ancestral, y siempre muy físico y sin tanto efecto digital, sino más maquillaje. Un clásico en este sentido es la película La Mosca, de David Cronenberg. En Japón también hay una gran tradición de body horror, y todo va a lo mismo: ¿cuáles son las posibilidades humanas de la monstruosidad? Hay algo dramático en ello. Es llevar algo humano al extremo, por lo que es fácil identificarse con ello.

¿Todo eso nos lleva a Plasma?

-De acá nace Plasma, que es una película que tiene que ver con transformaciones y los personajes lo explican. Es una especie de sátira al mercurio retrógrado y la luna en cáncer, que no es que no crea eso, pero me llama la atención. Entonces, yo dije, ¿qué pasaría si un trozo de carne gigante con tentáculos pasa por el cielo en Valparaíso? Es una estrella que pasa y que afecta a los habitantes de la ciudad, por lo que la película está compuesta por los personajes y sus afecciones, que van desde la comedia al terror.

Son unos cinco o seis personajes que sufrieron mutaciones y que tuvieron que tomar decisiones en su vida, en un formato medio mockumentary (documental irónico). Es un relato medio collage audiovisual, donde se reflexiona acerca de estas transformaciones a través de la reflexión más profunda.

¿Cómo ha sido este proceso para ti?

-Bueno lo primero que hice fue escribir los testimonios. Este documental es autogestionado, no tiene fondos de por medio, por lo que el proceso de rodaje por ejemplo ha sido lento, pero esto nos permite investigar el proceso creativo de la película. Puedo ver que las personas hacen en el guion por un tiempo indeterminado y después recién postulan a un fondo, es un proceso largo de guion. Acá nosotros estamos funcionando de manera distinta, ya que vamos avanzando en la historia y a la vez grabar, lo que nos ha permitido grabar un teaser mientras seguimos trabajando en el guion.

¿Cómo es el proceso de estar grabando pero ir a festivales y así?

-También hay premios audiovisuales cuando estás en etapas de desarrollo, por ejemplo nosotros iremos a un Festival en Corea (lo que está sucediendo actualmente) y ahí hay premios vinculados al desarrollo de áreas de la película. Es parte de estar haciendo una película el ir haciendo redes y “promocionando” lo que estás haciendo, que creo que es importante de hacer, hay que abrirse al mundo y pertenecer y contarle al resto que estás haciendo un trabajo. 

Yo fui de a poco. Primero postulé a SANFIC, ahí para ser parte de un laboratorio que ellos tienen. Postulé luego a Blood Window, donde gané el pase al Festival de Cine fantástico de Corea del Sur, Bucheon. En cada instancia se te abren puertas para conocer gente de otro países y otros festivales, que no siempre se traduce en aportes monetarios pero a veces sí en contactos u oportunidades que son importantes para desarrollar tu proyecto.

En paralelo, ¿sigues trabajando como músico?

-Soy profesor de música en dos liceos locales, hago clases particulares, y también compongo bandas sonoras. Y con ese trabajo estoy financiando la película. Me han dicho que no debería hacer esto, pero para mí es un sueño hecho realidad, por lo que invertir es algo que me da real satisfacción. 

¿A qué otras instancias vas a postular por lo pronto?

-Voy a seguir explorando conexiones y oportunidades de cine fantástico, por ejemplo. Además, continuamos rodando, así que de a poco. Y quiero erradicar la idea de que si la película se hace sin fondos es terrible, y nosotros hemos ido ganando visibilidad en oportunidades, y eso se traduce en algo positivo para la producción. 

Finalmente, ¿qué crees que tu película aporta a la escena audiovisual de Valparaíso?

-Siento que Valparaíso es una ciudad llena de estímulos, por lo que nos distrae fácilmente, entonces siento que solo hacer una película acá puede ser inspirador. Más allá del género y de la trama, estar en una ciudad como ésta ya es inspirador y eso ayuda. Con respecto a Plasma en particular, creo que le da una mirada distinta a Valparaíso, la documenta de otra manera, que es este Valparaíso fantástico y que es entretenido. Es una ciudad bizarra además, potenciemos esta imagen de Valparaíso, que es una ciudad loca igual si lo pensamos, y mostremosle al mundo aquello. Por último, hay pocas películas de body horror trabajadas en el país, y en eso podemos aportar: en ver los problemas psicológicos y filosóficos de los personajes y que se representan en el cuerpo.

Actualmente se encuentran junto a Humano Productions en el festival de Bucheon, en Corea del Sur, donde son el único proyecto latinoamericano participando en la sección para películas en desarrollo.