Ha pasado más de medio siglo desde aquellos días del gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular. Fue en esos tiempos que nacieron las “Villas de Turismo Social”, también conocidas como “balnearios populares”, que se habilitaron en algunas costas del país durante 1971 y 1973. Asimismo estuvieron presente estas instalaciones en varios puntos de la Región de Valparaíso.

Estos lugares eran un sueño hecho realidad para miles de trabajadores y sus familias, quienes antes apenas podían imaginar unas vacaciones en la playa. Las cabañas con forma de A los recibían cada quince días y, con entusiasmo, llegaban delegaciones de trabajadores sindicalizados, juntas de vecinos y diversas organizaciones sociales para disfrutar del merecido descanso, bañarse en el mar, practicar deportes y compartir momentos de alegría y música.

Todo esto era posible gracias a la medida nº 29 del programa de las 40 medidas básicas de la UP, que se comprometía a “organizar y fomentar el turismo popular”. Los balnearios populares, fruto del esfuerzo de la Dirección de Planificación de Equipamiento Comunitario, dependiente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), se extendieron desde Iquique hasta Coronel, en la Región del Bío Bío.

En la costa de nuestra región, seis de estos balnearios destacaban: Papudo, Puchuncaví, Loncura, Ritoque, Las Cruces y Rocas de Santo Domingo. Cada uno llevaba un nombre que evocaba significado y resistencia: Che Guevara, Venceremos, 1º de Mayo, América Libre, Piedras Negras (también llamado Luciano Cruz, fallecido líder del MIR) y Carlos Cortés Díaz, en honor al ministro de Vivienda y Urbanismo de la UP, quien había fallecido a fines de 1971.

Pero la historia dio un giro tras el Golpe de Estado. Las Fuerzas Armadas invadieron los balnearios, transformando esos lugares y su original significado. Puchuncaví, Ritoque y Rocas de Santo Domingo se convirtieron en centros de detención, donde se vulneraron sistemáticamente los derechos humanos de los prisioneros.

Es en este contexto que años después, en específico en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe, nacen distintas iniciativas que buscan volver a poner en relevancia estos espacios que fueron tan valiosos durante el tiempo que duraron. Así también surge la serie documental Lugares de Memorias / Memorias de Lugares, que regresa a los balnearios de la región para reconstruir esa experiencia única en la historia de Chile. 

Vecinos, antiguos veraneantes, exmonitores e instructores, y aquellos que padecieron el cautiverio político, compartieron sus profundos testimonios. De esta manera también podemos revivir una iniciativa valiosa y que no se quiere dejar en el pasado.

En específico, el material audiovisual y las entrevistas pretenden darle un nuevo significado a estos balnearios populares que existieron en el territorio, poniendo en valor la memoria, un término que hoy en día ocupamos con mayor fuerza ya que esta misma construye identidad y es parte del ADN de lo que somos, de nuestra historia.

La serie, dirigida por Felipe Montalva Peroni, periodista y realizador audiovisual, surgió a raíz del encuentro con la película “Un Verano Feliz” (1972) de Alejandro Segovia, que promovía los balnearios populares y fue rodada en Rocas de Santo Domingo. El proyecto contó con el apoyo de CENTEX, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en 2022 y se estrenó semanalmente, entregando un total de 5 capítulos que narran la historia de estos lugares que esconden tantos recuerdos.

Es una invitación a sumergirse en esta memoria y reflexionar sobre el impacto de la intervención cívico-militar ocurrida hace 50 años. Las historias emergieron una vez más, recordándonos que, incluso en los lugares destinados al descanso y la alegría, la historia puede teñirse de tragedia y resiliencia.

Te dejamos los capítulos disponibles: