Paulina Bermúdez Valdebenito me cita en un hermoso espacio de Limache: donde comparten el café Vilú y la librería Una casa de cartón. Este es un punto donde la cultura moviliza y así se percibe. Mientras tomamos un café, compartimos acerca de su libro La Espera, su gestión de eventos y talleres y, obvio, sobre literatura – su pasión.

Paulina es profesora de lenguaje de profesión, pero hoy, como muchas, se rearma con actividades por aquí y por allá. Es autora de mini ficción y teoría, imparte talleres, escribe reseñas para Librería en el Blanco y fue una de las personas tras la Feria Editorial de Limache que se realizó el verano pasado.

¿Cómo fue la gestión de la Feria del Libro que estrenaron el verano en Limache?

Nos reunimos primero quienes trabajan en el mundo literario local, librerías, editoriales y más. Nos juntamos con ganas de hacer algo y surgió la idea de hacer una feria. Entonces fuimos al municipio a contarles y nos apoyaron bastante: con infraestructura, iluminación, todo lo que es producción, incluso permitió tener un honorario para músicos invitados. 

A la vez, la feria era gratuita, no se cobraba a las editoriales ni librerías por los stand. El nivel de ventas y de visitantes fue súper bueno, por lo que nos dimos cuenta de que la gente realmente quiere libros y está interesada en conocer más. 

¿A quienes invitaron, solo a participantes de la Región?

-De todo un poco, vinieron de todas partes. Esto fue durante el verano y nuestra primera versión tuvo bastante público. La idea de hecho, desde la Municipalidad, es que podamos mantener la iniciativa y se haga una feria fija como la de Viña del Mar o la Feria del Libro Independiente de Valparaíso. 

¿Quieren entonces hacer otras versiones?

De hecho, para el día del libro (en abril) surgió la posibilidad de hacer una actividad de un día. Con el impulso de la primera instancia hicimos otra jornada con invitados, música, bastante similar a lo del verano. Fue más pequeño pero nos mantiene la idea de seguir haciendo estas ferias.

Paulina, tú eres una de esas mujeres que está en mil cosas, ¿en qué estás involucrada hoy en día?

-Primero doy talleres por cuenta propia, estos son de minificción y otras vertientes de la literatura, lo primero es el área en la que me he especializado. Trabajo también haciendo contenidos para la Librería en el Blanco, donde imparto a la vez talleres de escritura. Con Librería en el Blanco estoy bastante activa en diversos proyectos, como talleres gratuitos para la comunidad en liceos, tal como el Liceo Artístico Gronemeyer que hice de narrativa y así acercamos autores o temáticas interesantes a otros públicos. 

De manera personal imparto talleres, como comenté, de minificción u otras temáticas, y eso es todo el año. 

Además tienes una publicación, La Espera, ¿me puedes contar un poco más de eso?

– Fue el año pasado, sí. La verdad es que yo siempre escribí desde la teoría, y esas eran mis publicaciones, precisamente sobre minificción. De a poco fui participando en algunas antologías, pero La Espera fue mi primer lanzamiento en solitario. Esto es una “volá” mía. La librería Una casa de cartón, de acá de Limache, fueron quienes me invitaron a publicar. Entonces no tenía nada escrito, pero se me ocurrió hacer un libro objeto y plantear eso: tiene forma de calendario y por cada mes tiene un relato, por lo que es una micro publicación. Y esto fue a través de un fondo del libro. Éste se conforma por 12 textos que conforman el calendario.

Esto viene desde un concepto que son las “historias de almanaque”, en todas las casas de Alemania tienen un calendario que les entregan a todas las personas iguales, y estos vienen con textos que son políticos o religiosos o filosóficos, con el objetivo de unificar conocimientos y saberes. Por eso se me ocurrió hacer este tipo de historias, a las que llegué desde la teoría. 

¿Has participado desde entonces en otras publicaciones?

-Sí, también en una antología de una editorial argentina, la que se llama “No somos invisibles: mujeres de Latinoamérica”, donde escribí también desde la minificción, textos cortos. Y bueno, siempre estoy escribiendo cosas.

¿Cómo es la sensación de publicar distintos formatos?

-Antes pensaba para qué publicar algo que se alejara de la teoría, estaba muy apegada a eso. Pero finalmente me acostumbré a combinar ambas cosas. 

¿En qué otras actividades has estado involucrada últimamente?

-También participé en unos talleres del Museo Palmira Romano de Limache, donde trabajé con niños y niñas y tuvimos como resultado un libro físico que ellos se pudieron llevar a su casa. Lo que fue muy bonito. Ahí analizábamos textos y escribíamos a partir de eso.

Para finalizar, ¿cómo describirías lo que te interesa compartir de la literatura?

-Acercar a la gente a los autores y autoras y a las temáticas, por eso me interesa invitar escritores/as a los talleres. Además de demostrar a través de los talleres, que todos y todas podemos escribir y tener un producto, que es lo que hago en las instancias donde participo. No hay limitantes para escribir o acercarse a la literatura.

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