A propósito de su reciente lanzamiento “Bestia”, conversamos con Natalia Vásquez, más conocida como Mora Lucay. Durante el 2020, Natalia reinventó su sonido, exploró nuevas formas y texturas sonoras, además de profundizar aún más en sus letras y en colaboraciones con otros artistas nacionales.
– ¿Cómo fue el proceso de creación de “Bestia”, en este 2020 pandémico?
-No fue fácil. Me pasa que las canciones (letra, melodía, acordes, estructura) es algo que siento se me da con naturalidad, pero mi verdadero desafío en este disco fue aprender a tomar decisiones estéticas de como quería acompañar la canción, los arreglos, los sonidos, los instrumentos… venía trabajando todo eso con los músicos que trabajaron en 100 mg pero necesitaba trabajar la producción con un consejero artístico que en este caso fue J. Pablo Bello de Estudios Triana. Muchas veces sentí que esto para mí fue lo más parecido a hacer una tesis, fue rudo igual. Con dudas, frustraciones, búsqueda, pero estaba empecinada en que el resultado final me tenía que emocionar, y así fue.
Cada canción tuvo su propia lógica, algunas trabajadas desde el formato de dúo acústico que surgió entremedio con el Marcelo Guzmán, otras canciones se respetaron casi tal cual como venían propuestas desde la preproducción, surgieron ideas nuevas en estudio, se integraron nuevos instrumentos como teclados, ukelele, efectos, sintetizadores, y también se trató de rescatar de arreglos anteriores, ideas que estaban buenas. Me encanta ponerme a recordar el lugar de origen de cada línea melódica, mientras escucho el disco.
En relación a las canciones, me salieron muy espaciadas unas de otras por eso cada una tiene su propio carácter, respondiendo a situaciones vividas, salvo dos excepciones: “Humana” que fue una canción nacida después de una conversación íntima con una amiga y el “Código del Ritmo” una canción que hice originalmente para niñes.
-¿Crees que se puede tener una sola categoría o identidad musical? Me refiero a que siempre categorizarmos en géneros
-Cuando conozco a alguien y me pregunta “¿y tú qué haces?” y yo le respondo “música”, la pregunta que viene justo después es “¿qué tipo de música?” entonces viene la pausa y me quedo pensando. Me siento pésima para describir mi música, y cuando escucho música que me gusta, me importa bien poco las categorías o géneros donde están clasificadas, pero entiendo que hay personas que las necesitan para poder ordenarte en un cajoncito, mostrador, saber en qué momento del día o mood escucharte, saber en qué lista o junto a que artista relacionado te ponen.
He buscado palabras clave, para sintetizar lo que hago, igual es un buen ejercicio: surgen tus influencias, mezclas géneros o incluso puedes inventarte uno propio aunque ninguna etiqueta va a ser tan buena como una buena escucha con audífonos.
– ¿De qué manera se dieron las colaboraciones con Chini, Niña Tormenta y Diego Lorenzini? ¿Cómo influencia en tu proceso el colaborar con otres?
A las tres los conocí en el mismo contexto, en unas tocatas que organizaba mi compañero en su casa entonces tuve la suerte de conocerles como personas antes de admirarles artísticamente. Me cayeron bien desde un inicio y después de eso cada vez que venían a Valparaiso nos veíamos y compartíamos lindos momentos, buenas conversas.
Conocerles me influenció mucho yo siento, me he sentido muy receptiva con su música y me enorgullece tener amigos que me inspiren. Diría que las colaboraciones se dieron de una manera muy natural, en el caso de Jugar con los Amigos era mi primera canción con ukelele y el día que la mostré junto a la banda, el Diego me propuso participar en la grabación y a mí me ilusionó la idea (jejeje).
En el caso de Chini.png una vez que hice la maqueta de Bestia encontré que tenía mucho de “Chini and the Technicians” entonces me pareció una buena idea mostrársela e invitarla a participar para cantar conmigo a todo pulmón y en la caso de Tiare (Niña Tormenta) Humana fue una canción que empezamos cantando al solcito tomando una agüita de malva y desde ese momento siempre me acompañó cantándola, siento que compartimos muchas reflexiones y qué emoción poder compartir una canción que hable de eso.
– ¿Puedes definir el interior de bestia en una frase?
– Es un álbum quitapena que te hace bailar mucho.
-¿Cómo defines hoy tu relación con la música y con el crear música que otros escuchan, que ya es masiva?
– Es heavy esta pregunta, creo que durante este año me he relacionado con ella mucho desde lo laboral y en un momento del año tuve que hacer una pausa a todo para poder reconectarme con ella desde lo más puro, desde no pedirle nada más que expresarse en mí. La música para mí es un flujo energético y a veces a una se le bloquea o te súper fluye en relación a los contextos, tus condiciones anímicas, espaciales, mentales. Este año tuve que trabajar mucho frente al computador, la hiperconectividad virtual me desconectó de mi centro que me une a la música desde la creación.
Felizmente también trabajo acercando a niñes a la música, sucedió que les propuse hacer canciones y se entusiasmaron. Eran 3 grupos y los 3 por separado querían hablar de lo mismo, lo mismo que me ponía triste a mí los tenía tristes a elles, entonces de eso hablamos en las canciones. Ese ejercicio me revitalizó la energía creadora, me recordó que tengo una llavecita que compartir, que hay que cantar la pena, contarle a otro lo que te pasa porque sí o sí le pasa a otres también. Luego pudimos juntarnos en un parque y escucharnos cantar al mismo tiempo, lo hicieron con tantas ganas que me recordó cual es el sentido de la música. Y me dieron ganas de hacer canciones nuevas. Yo no hago canciones por hacer canciones no más, creo que las hago para ayudarme. La música me ha servido para desahogarme, es una aliada.
Compartir la música para mí es harina de otro costal, soy muy pudorosa. No muestro las canciones que me generan dudas. La canción puede estar desnuda, melodía, letra y acompañamiento, si me emociona, la muestro, si no, no. Esa es mi prueba de fuego. En este disco me pasó eso mismo pero con la producción. Es la primera vez que trabajo al detalle y por capas mis canciones, y eso es un arte también. Me siento nueva en esto y estoy aprendiendo. Por ahora estoy experimentando nuevas maneras de abordar la música. Pero creo que una no debe perder la relación intima inicial con ella, y el sentido de por qué hacer música.
Acerca de la música que escucho, creo que este año ha sido bastante slencioso, pero me acerqué a la música por una necesidad imperativa de bailar. El encierro me tiene acalambrado el cuerpo, entonces me he dado cuenta que bailar es una de las cosas que más me gusta hacer, que más me revitaliza y hace feliz.
– ¿Qué te depara este nuevo lanzamiento?
– Espero que este nuevo lanzamiento me depare conocer nuevas personas que me ayuden a crecer artísticamente. Me encantaría poder liberarme en otras áreas del arte, enriquecer el material musical. Todo eso me ilusiona, pero también creo que un nuevo lanzamiento te trae sorpresas insospechadas.
Añoro una presentación en vivo, cuando exista un día y una hora Valparaíso Creativo lo sabrá.