Hace un tiempo fuimos a conocer Casa Abstracta. Este es un proyecto que ya lleva dos años, y pretende ser un espacio de músicos para músicos. Matilde Soto-Aguilar y Gokul Ramdas son quienes conforman este estudio de grabación / espacio de formación / set de presentaciones. Un espacio multiuso y multipropósito donde la música es lo que importa.

Conversamos con Matilde Soto-Aguilar, compositora y productora musical que es una de las impulsoras tras este proyecto. Junto a Choby Scheulfer (Director General) y Alessandra Luzzi (Periodista) son el equipo que se ha propuesto no darse por vencido, pese a los cambios. “Aún buscamos nuestro lugar en esta industria, buscando ante qué necesidad aportar dentro de la sociedad”.

Gokul y Matilde se conocieron estudiando en Boston, donde profundizaron en la producción musical. Desde entonces quisieron armar algo con los conocimientos que tenían.

– ¿De qué manera surgió Casa Abstracta?

– Fue un proceso complicado, en cuanto a definir la logística y cómo podíamos hacer sostenible el espacio. Somos músicos, la administración no es nuestra área. Intentamos mezclar conciertos, con educación, con un estudio de grabaciones, además de poder brindar asesorías y crear música.

“Casa Abstracta es un poco el sueño del músico: en el mismo lugar grabar, presentarse y conocer a otros, sacando proyectos adelante por medio de la colaboración”.

 

– ¿Cómo fue el proceso de ir generando el proyecto hasta consolidarlo?

– Es muy difícil entrar a la industria musical. Cuando comenzamos no teníamos los contactos que necesitábamos, entonces hicimos actividades que nos permitieran generar redes de colaboración. Y trabajar en nuestra propia música, al mismo tiempo. Producir desde aquí mismo es una de las cosas más importantes que hacemos, y así fortalecer los vínculos.

 

– ¿En qué etapa están?

– Definiría esta como una etapa de incertidumbre, o más de reinventarse por la pandemia. Tuvimos que parar como todos. Talleres o conciertos se tuvieron que cancelar durante el año. Es una etapa de ver cómo Casa Abstracta puede adaptarse a lo digital.

 

– De las actividades y el quehacer que tienen hasta ahora, ¿qué es lo que más te gusta, lo que rescatas, alguna anécdota?

– Una de las cosas que fueron más enriquecedoras son las entrevistas.  Hubo una buena recepción, y junto a Alessandra pudimos armarlas con artistas de distintas partes del mundo. Además de las clases on line, que también han sido un descubrimiento para nosotros.

– ¿Cómo puedes describir, en tus palabras, la importancia de la música en la vida de las personas?

– La música, para mí, es una herramienta de comunicación de las emociones de las personas.

Todos los seres humanos somos tan sensoriales, de emociones, y eso nos hace accionar o pensar o no pensar ciertas cosas. Es algo que es parte de la vida de todos, y nos puede ayudar en distintos momentos y formas. A relajarte, ser mejor persona, a resolver conflictos, es una terapia. Es demasiado poderosa para los seres humanos. Hay que escuchar más música y apoyar a los artistas.

 

– ¿Puedes comentar algun@s músicas que has escuchado últimamente y que te inspiren?

– Tengo una gran amiga, Pamelle. Ha sacado singles últimamente, y tiene un trabajo súper hermoso que he escuchado mucho. Y de algunas personas que han trabajado con nosotros, está Reina García con trabajos súper bonitos.

 

– ¿Cuáles son sus futuros proyectos?

– Las clases online siempre están disponibles. Y tenemos unas grabaciones en febrero con cantautoras de región, Sesiones Oceana, donde grabaremos a 12 cantautoras regionales que presentarán un show original de 30 minutos. Ese trabajo se verá alrededor de abril. A nosotros eso nos apasiona.

 

“En resumidas cuentas, este proyecto es de músicos intentando armar un espacio de músicos para músicos, que pueda ser un lugar que ayude a los artistas y creadores en las distintas partes del proceso de colaboración”.